EL ARCO MEDITERRÁNEO ESPAÑOL, conferencia ángel martínez el 31 de marzo de 2005

El Arco Mediterráneo Español (AME) está constituido fundamentalmente por las Comunidades de Cataluña, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Baleares y Andalucía. Eje que se conforma como el principal eje de desarrollo español. El Arco Mediterráneo Español, es claramente un territorio continuo y continuado, aunque existen discontinuidades históricas que pueden observarse desde dos puntos de vista: las comunicaciones y el continuo poblacional extendido a lo largo del territorio. El continuo poblacional es una cuestión a resaltar. Un territorio tiene tanto mas elementos que lo unen cuanto mas relacionada esta su población en términos, tanto literales como sobre todo físicos. Un hecho que se observa especialmente cuando existe una continuidad de núcleos de población de tamaños diversos, próximos y con un alto nivel de relación y ligadura. Esta situación de ruptura se da al norte de Castellón, y en la zona de Cartagena-Águilas-Almería.

Situación que se esta invirtiendo en los últimos años, como consecuencia del intenso desarrollo urbanístico que se viene produciendo en todo el litoral mediterráneo apoyado, también en el impulso de las vías de comunicación. En este contexto resulta cada vez mas clara la existencia de un todo territorial, en gran parte continuo y continuado, o cuando menos en vías de serlo, que presenta signos claros de homogeneidad, al mismo tiempo que coexiste la riqueza de una amplia diversidad cultural, social, económica y productiva. Por ello, hay que plantear con rotundidad que estamos en presencia de un territorio común, con problemas comunes, con modelos de desarrollo similares y en el que al mismo tiempo coexisten estructuras productivas complementarias que ayudan a configurar un territorio con grandes posibilidades competitivas en el contexto económico y social en el presente y mas aún en el futuro.

No tendría sentido el establecer una estrategia de desarrollo regional basada en la integración territorial intra y extra regional, sin tener en cuenta a las regiones colindantes, Así aparecen en todo ello elementos claros e ideas para la reflexión. Son ideas de cooperación, de existencia de elementos comunes de referencia, de correlación geográfica, de especialización, complementariedad y colaboración, para desarrollarse en el espacio regional que, hoy día, debe tener cada vez mas presencia en el contexto nacional. Desde esta perspectiva reforzar el establecimiento de una estrategia de integración interterritorial y la exploración de los puntos fuertes de cada región con el fin de potenciarlos al máximo y, al mismo tiempo, poner en práctica estrategias concretas que contribuirán a aminorar los puntos débiles de cada una.

Los elementos comunes existen y están en la mente de todos, van mas allá de los meramente geográficos y se adentran, por ejemplo, en la intensidad de la Inmigración que conlleva un creciente flujo de nuevos residentes. Sus demandas, escolares, sanitarias y las necesidades y problemas que de ellos se derivan, que son comunes a todo el territorio y se hace preciso estudiar, proponer y realizar acciones en común. Pero al mismo tiempo en estos territorios coexisten otros elementos que nos deben hacer reflexionar sobre las necesidades y puesta en común de hechos concretos.

Las regiones españolas mediterráneas son lugar de residencia de 21.3 millones de personas, lo que supone en términos relativos el 49.29% de la población española. Es necesario tener presente la evolución poblacional en los territorios del Arco que en el periodo 1991-2001 ha crecido a un ritmo medio del 0.67%, muy superior a la media nacional que crecía el 0.49%. Ahorra si este crecimiento lo consideramos en el periodo 2001-2004, constamos que el ritmo de crecimiento en el Arco es del 2.04% y el nivel de crecimiento nacional es del 1.65%. Con base 100 en 1991, el crecimiento poblacional en el Arco es del 114.4 y la media nacional de 111.1. Un dato importante ha tener en cuenta es el numero de extranjeros residentes, así en España este se eleva a 2.66 millones de personas, mientras que en los territorios del AME, la población residente es de 1.48 millones de personas, lo que quiere decir que en este territorio se encuentra el 55.5% del total de la población extranjera residente en España.

En el AME se sitúa la agricultura española mas competitiva, casi la única que en realidad lo es en el conjunto español, y que se comercializa casi en su totalidad en los mercados europeos, requiriendo puntos de encuentro en muchas cuestiones, que van desde las orientadas a la producción pasando por la investigación y desarrollo de nuevas semillas y plantas, de nuevas tecnologías de cultivo, comercialización, transporte y logística de distribución. Este es un espacio que, además, ha estado y sigue estando orientado hacia los mercados exteriores, gozando de excelentes elementos de relación con el exterior que, puestos en conjunto, pueden y deben contribuir a un impulso de la presencia de las producciones del territorio en los mercados exteriores y, en particular, en los europeos.

La formación y en particular la formación avanzada, conformada y basada en las universidades y centros de investigación, constituye una doble vertiente de capacidad competitiva y punto fuerte del territorio.  La red mediterránea de Centros de Educación, Universidades y Centros de Investigación, junto con los Parques Científicos y Tecnológicos existentes y en proyecto, constituye un punto fuerte del territorio, que sin embargo, todavía no ha alcanzado su plenitud y que puestos en valor propiciando la especialización y la complementariedad puede ser un importante referente europeo y mundial.

Son en definitiva elementos para la reflexión, y para sumar y no restar, para mejorar, ir hacia delante y, sobre todo, configurar un territorio altamente competitivo, diverso pero especializado, homogéneo pero diferenciado, en el que las fronteras administrativas han de servir de punto de unión para conformar una estrategia común dentro de la Unión Europea ampliada y, especialmente, dentro del mundo de la globalización. Las respuestas superan ya al contexto regional pero deben salir de los territorios actuando en común y proponiendo sus propias estrategias de desarrollo y colaboración. Constituye el denominado Arco Mediterráneo Español, un territorio densamente poblado y con un sistema de ciudades bien estructurado en el que, en términos de jerarquía urbana, destacan las metrópolis de Barcelona y Valencia, Sevilla, Málaga, Alicante y Murcia.

Este es un eje económico en el que además se dan importantes características comunes: clima, cultura y tradición, apoyadas en un patrimonio histórico artístico de gran valor, la existencia de una constelación de centros urbanos, universitarios, tecnológicos, y que cuenta con importantes áreas portuarias y logísticas, concentración de la población en la franja litoral, y una cada vez mejor comunicación con el interior peninsular y con el centro europeo, con un importante crecimiento de la población, a la vez que se está implementando una nueva política industrial y turística, mas acorde con el medio ambiente y con las exigencias de las nuevas demandas de mayor calidad y capacidad competitiva.

En un mercado cada vez mas globalizado, la potencia económica de una región no acaba dentro de ella, sino que se engarza muy directamente con su capacidad para conectarse con otros mercados y o áreas de actividad. En este sentido aparecen con toda su importancia las infraestructuras, que representan no solo un elemento básico en para la vertebración territorial, sino que son fundamentales en la mejora de la productividad, para permitir una mayor competitividad de empresas y productos, y consecuentemente de la riqueza social y económica de sus habitantes.

Los territorios del Arco Mediterráneo, situados en la periferia europea, se conforman como puente de unión entre continentes, por ello la trascendencia de las infraestructuras, tanto portuarias, como aeroportuarias, ferroviarias y carreteras, que permiten impulsar una mayor vertebración y comunicación entre los territorios, acercar las poblaciones entre sí e impulsar la producción, es, por tanto, fundamental establecer equilibrios adecuados entre dotaciones y potencialidades en las distintas áreas.

El Arco Latino o Mediterráneo, se puede definir desde el punto de vista geográfico, que abarca la ribera del Mare Nostrum, desde el área occidental del Centro y Norte de Italia, las regiones francesas de Provenza-Alpes marítimos y Languedoc-Rosellón, así como las regiones mediterráneas españolas, desde Cataluña a la parte mas oriental de Andalucía, pasando por Valencia y Murcia, e incluyendo Baleares. En conjunto representaba el 14% del territorio de la Unión Europea antes de la ampliación. Espacio económico que se considera la segunda gran dorsal de crecimiento europeo.

En estas últimas décadas, se ha venido produciendo una clara expansión del centro europeo hacia el denominado Arco Mediterráneo, Francia, Italia y España, rompiéndose así el tradicional esquema de centros y periferias, dando lugar a una nueva realidad, el denominado Arco Mediterráneo, uno de los de mayor crecimiento económico de la Unión Europea, conectado directamente con la Gran Dorsal europea, y que constituye, además, uno de los principales ejes de desarrollo y vertebración europea. En el caso de España forman parte de este eje, las Comunidades Autónomas de Cataluña, Valencia, Murcia, Islas Baleares y Andalucía, y cuenta con los principales puertos del Mediterráneo, en Algeciras, Cartagena, Valencia, Tarragona y Barcelona entre otros.

Nos encontramos en un eje de desarrollo económico de gran fortaleza presente y futura, en su triple vertiente de agricultura tecnológicamente avanzada, en la industria diversificada y creciendo en producciones de alto valor añadido, y en el turismo y el ocio. Unas regiones con un alto potencial de crecimiento económico y un alto grado de internacionalización de sus productos, que compiten en los mas exigentes mercados internacionales. Este eje presenta una estructura lineal de asentamientos urbanos influenciados por las características del litoral, con una infraestructura de comunicaciones norte-sur que canaliza las relaciones económicas y el turismo.

Por todo ello, es fundamental incorporar plenamente a todos los territorios del Arco Mediterráneo Español, a los principales corredores transeuropeos, para aprovechar por una parte, su estratégica situación en el Mediterráneo como puente de unión entre continentes, y por otra, para reducir su situación de periferia en la nueva Unión Europea conformada por su ampliación hacia el este y norte europeo. Así es necesario que el corredor mediterráneo este conformado y conectado desde en todo su recorrido por:

Una línea de alta velocidad exclusivamente para pasajeros, con doble vía y electrificada para su funcionamiento a 300-350 km/h, y conectada igualmente con el centro peninsular.

Una línea ferroviaria exclusiva para mercancías, que partiendo de Algeciras, tal y como recoge el planteamiento FERRMED, por todo el mediterráneo conecte con todos sus puertos y pueda llegar, como red transeuropea, hasta Duisburgo, para servir de alternativa al transporte multimodal, barco, carretera, ferrocarril.

La potenciación de todos sus puertos de manera que formen parte de las autovías del mar y conformen zonas de áreas logísticas que permitan la intermodalidad y actúen como verdaderas alternativas a los puertos del norte de Europa.

Los aeropuertos del Arco Mediterráneo, se conforman como los puentes de unión de uno de los territorios de mayor crecimiento y potencialidad de la Unión Europea, por ello la potenciación de estos se hace fundamental, el acuerdo Administración Central y Comunidades Autónomas es preciso en todos los ordenes, tanto en la concreción como en la gestión y singularmente en su desarrollo, no es posible planteamientos centrales en un elemento tan fundamental en la actividad económica, y en transporte exterior, en el que como hemos visto estas regiones cuentan con un crecimiento exponencial en ciudadanos de otros países para su residencia en las Comunidades del Arco.

La consolidación como grandes corredores transeuropeos, tanto al corredor mediterráneo en su doble vertiente carretero y ferroviario, como a los ejes de conexión con el centro peninsular. Y consecuentemente su inclusión en el PEIT en estos términos, a la vez que el compromiso de que estén en funcionamiento en el horizonte del 2010, tal y como se recoge en los actuales programas.

En un mundo regido por la globalidad y en el que todo apunta a la existencia de una fuerza aglutinadora y homogeneizadora, surgen con intensidad las referencias territoriales, en las que los ciudadanos parecen encontrar un nuevo y a la vez viejo, elemento de reconocimiento y de pertenencia. La principal riqueza de la Unión Europea y española, se encuentra en la capacidad de sus individuos para sentirse a la vez, miembros de una Comunidad, con un carácter distintivo y en un plano de igualdad en función de cada circunstancia. Reconocido este hecho y puesto claramente de manifiesto tanto en la España de las Autonomías, como en la Europa de las regiones, se consolida plenamente con la aprobación del Tratado de la Unión, la llamada Constitución Europea.

Ahora mas que nunca, el desarrollo de las Comunidades Autónomas, en todos los ámbitos, genera ópticas concretas sobre la visión de un futuro compartido en el que la cooperación entre territorios con elementos comunes  y el diseño de estrategias complementarias, nacidas de la puesta en común de aspiraciones, realidades y potencialidades, pueden contribuir a poner en marcha un nuevo enfoque del desarrollo diseñado desde el propio territorio. Una de las principales responsabilidades de las Administraciones Publicas en general, y de las Autonomías en particular, es asegurar la progresiva convergencia en el desarrollo de las Comunidades Autónomas españolas con el nivel de desarrollo de las principales regiones europeas. El decidido apoyo a la articulación de las Comunidades Autónomas y al máximo aprovechamiento de todas las ventajas internas y externas es la mejor garantía para la convergencia social y económica, con los principales territorios de la Unión Europea.

Murcia  31 de marzo de 2005.